viernes, 23 de enero de 2009

10.000 vehículos diarios circularán por la Dos Mares dentro de 5 años

Infraestructuras. La futura autopista contará con seis kilómetros de viaductos y otros 6,5 de túneles

I. Elices / Burgos
Hace un mes que el Ministerio de Fomento aprobó el estudio informativo de la Autopista Dos Mares, que unirá la A-67 (autovía Cantabria-Meseta) con la AP-1, en Miranda de Ebro. En estos días los ayuntamientos de los municipios afectados -sobre todo de las Merindades- están analizando los trayectos propuestos y trabajando a destajo para presentar alegaciones. El corredor por el que discurre la infraestructura presenta numerosas zonas sensibles y de protección ecológica y ha de salvar desniveles de gran magnitud debido a que atraviesa, entre otras dificultades montañosas, la sierra de Tesla o los montes Obarenes. Hasta 21 viaductos están proyectados en los 111 kilómetros que tendrá esta vía de alta capacidad. En total, más de seis kilómetros de trayecto se completarán sobre puentes elevados. También están previstos dos túneles, que en total suman seis kilómetros. El Ministerio prevé que en 2014 circulen 10.150 vehículos diarios. En el horizonte de 2044, más de 20.000.
El Gobierno ha dividido la infraestructura en tres tramos. El primero, entre la Autovía A-67 (en Cantabria) y Cabañas de Virtus (ya en Burgos). Existen dos alternativas principales. Aunque Fomento se decanta ya por la que parte al norte de Pesquera (A2). Ésta cruza el valle de Luena y la línea férrea Madrid-Santander y la N-611 y alcanza el valle de Aguayo a través de un túnel de 1.140 metros. La otra alternativa (A1) partiría desde Reinosa, más al sur, y ya en la provincia de Burgos «pasaría rozando» la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del embalse del Ebro. Por ello, el estudio prevé una variante en este tramo y es por la que se decanta. Es la denominada alternativa A1.1. Evitaría la afección de esos espacios protegidos. Partiría al norte de la población de Corconte y cruzaría sobre la N-623 y el arroyo de las Praderas por un viaducto de 540 metros. Después bordea por el norte y el este Cabañas de Virtus, donde está diseñado un enlace de la autopista con las carreteras N-232 y N-623. Luego toma dirección sur para alcanzar ya el segundo tramo que establece Fomento: Cabañas de Virtus- Trespaderne.
Este tramo B dispone de una alternativa principal (B1) y cuatro variantes. Tiene su origen en Quintanaentello - y su trazado sigue la carretera N-232, situándose al norte de ésta durante 15 kilómetros para luego cruzar esta carretera y dejar al sur Soncillo y Cubillos el Rojo. En este trayecto Fomento fija la primera variante (B.1.1), que es la que propone como la mejor. En lugar de bordear por el norte varias dificultades montañosas situadas a lo largo de siete kilómetros lo haría por el sur.
La B1 continúa hacia el sur pasando al norte de Incinillas y al sur de Bisjueces. Tres viaductos salvan en este tramo el barranco de Valdelar y la CL-629. Lo que ocurre es que Fomento propone aquí tres itinerios diferentes, para evitar atravesar la Sierra de la Tesla-Valdivielso (con declaraciones ZEPA y LIC). El B1.2 no lograría plenamente este objetivo. Por ello el estudio informativo se decanta por una combinación entre el B1.4 y el B1.3, que sí lo consiguen. La primera variante evitaría la construcción de un viaducto de 1.280 metros que sí contempla la opción B1 y además pasaría al norte del vertedero de residuos de Villarcayo. Y con la segunda (B1.3), a la altura de Bisjueces, está proyectado el enlace de la autopista con la CL-629.
La propuesta del Ministerio retomaría la alternativa B1 durante otros 20 kilómetros siguiendo el valle del río Nela, que cruzaría con un viaducto de 700 metros. Después bordea la población de Nofuentes cruzando la N-629, siguiendo el itinerario hastra Trespaderne. Aquí la autopista enlazará con la N-629.
En este punto empezaría el último tramo que establece Fomento: Trespaderne-AP1. La alternativa C1 se desarrolla al norte del Ebro y de las localidades de Quintana María, Santocildes y Quintana Martín Galíndez. A la altura de esta última población Fomento define dos variantes, aunque su propuesta respeta el trazado C1, porque según Fomento es la que menos afectaría a las ZEPA y LIC de los Montes Obarenes. La alternativa C1.1 se inicia al norte de Quintana María, pasa entre esta localidad y Santolices, para cruzar el río Ebro al norte de Montejo, siguiendo el trazado de la carretera local que une este municipio con Cuezva. Luego vuelve a la opción C1 al sur de Santa María de Garoña. Esta opción evita bordear el meandro del Ebro en Quintana Martín Galindez. La variante C1.2, bordearía Quintana Martín Galindez por el sur.
Después el itinerario se situaría al sur de las poblaciones de Garoña y Santa María de Garoña, para cruzar los obarenes con un túnel de 5,5 kilómetros. Tras salir del túnel el trayecto se desarrolla por el sur Ayuelas y sigue en dirección sudeste hasta la AP-1, según la alternativa C1.3, por la que se decanta Fomento. La otra opción es llevar la autopista por el norte de Ayuelas y conectar con la AP-1 más cerca de Miranda.

Peajes

El trayecto dispondrá de cinco áreas de peaje, dos troncales -una próxima a Cabañas (en Cantabria) y otro en Quintana Martín Galíndez-, y tres en los ramales de los tres enlaces -en Cabañas, en Bisjueces y entre Nofuentes y Trespaderne.
Contará la infraestructura con dos áreas de servicio, en las proximidades de Quintana y de Urría, y dos de descanso, en Cubillos del Rojo y Palazuelos de Cuesta Urría. La obra, según las primeras previsiones costará 640 millones de euros.


En Cuesta Urria, Villarcayo y Trespaderne, municipios con salidas a la vía, piensan que la comarca tomará impulso • En Tobalina, sin embargo, pesan otros factores


Estíbaliz López / Merindades
Para unos supone un importante avance en materia de infraestructuras y comunicaciones. Otros, sin embargo, consideran que el daño medioambiental y el que producirá, aseguran, en diversos factores sociales no compensa. La autopista Dos Mares es un proyecto en boca de todos pero, a la vista está, con opiniones para todos los gustos.
Valle de Valdebezana, Manzanedo, Villarcayo, Cuesta Urria, Trespaderne y Tobalina. Son los municipios de Las Merindades por los que discurrirá el vial. Sus alcaldes ya han hecho un balance y se han pronunciado al respecto.
Mercedes Alzola, alcaldesa de Villarcayo, se muestra entusiasmada. «Estamos muy contentos y no tenemos intención de presentar ninguna alegación, aunque todavía tenemos que hablar con Villalaín y Bisjueces», afirma.
El municipio contará con una salida a pocos metros del polígono industrial, hecho que, para Alzola, supondrá un «importante impulso para el desarrollo industrial y de la comarca en general». La alcaldesa, además, confía en que también signifique un importante avance en materia de servicios sanitarios. «Se reducirá a la mitad el tiempo que necesitemos para ir al hospital de Miranda, por ejemplo, además de que aumentará la seguridad del viaje».
En contraposición se encuentra el Ayuntamiento tobalinés, que ayer mismo celebró un pleno en el que se aprobó oponerse «a su ejecución en la forma en que está proyectada».
Entre los fundamentos para ello, destacan el negativo impacto ambiental, ya que consideran que alterará la forma de vida, agrícola en su mayoría, «sin olvidar el perjuicio del turismo rural». Además, en el Consistorio, con Rafael González al frente, se lamentan de que «partirá el término en 2 y la autopista debería unir a las poblaciones, no aislarlas».
Las salidas más cercanas para los tobalineses serían Nofuentes o Trespaderne. El alcalde de Cuesta Urria, Alfredo Beltrán, es consciente de que «va a haber gente a la que le va a molestar, pero en la balanza pesa más el número de los que beneficiarán», declara.
Beltrán siente a su zona como «privilegiada dentro del trazado porque tendremos el área de servicio en Urria y la salida a dos kilómetros de Nofuentes. La autopista facilitará que se establezcan nuevas personas en la comarca».
No obstante, asume que «se hará daño a la agricultura. Es ahí donde los propios alcaldes nos tenemos que poner las pilas para encargarnos de reparcelar las fincas que queden divididas sin costes para los campesinos», señala. También sugiere, por otro lado, que los vehículos de Emergencia «tengan acceso gratuito a la vía para agilizar sus servicios».
El Ayuntamiento de Trespaderne, por su parte, considera que las mejoras en las comunicaciones «siempre son necesarias, aunque bien es cierto que hubiéramos preferido que se realizara una autovía porque crea más riqueza». En cualquier caso, el teniente de alcalde, Abel Fernández, señala que «el hecho de que la salida esté ubicada junto al polígono va a crear un importante impulso para que las empresas decidan establecerse aquí».
En los casos de los Valles de Manzanedo y Valdebezana aún están estudiando el proyecto. La alcaldesa de este último, Patricia Toribio, ha manifestado que «de las dos opciones posibles cada una beneficia y perjudica a personas distintas». En cualquier caso, «los más afectados resultan los ganaderos, con quienes nos estamos reuniendo para que nos comuniquen sus pareceres». De todas formas, Toribio asegura que «sinceramente, en el Valle beneficiaría más realizar obras en otras carreteras».
Su homónima de Manzanedo, Carmen Sáiz, ha declarado que se encuentran «a la espera del estudio de impacto ambiental. Aquí el trazado interfiere poco; en principio creemos que vendrá bien, pero no queremos que sea a cualquier precio».

martes, 13 de enero de 2009

Nombres que lo dicen todo

A través de los nombres de los pueblos del norte de la provincia podemos reconstruir la historia de Castilla-Vieja e indagar los orígenes del castellano

Fernando F. Peña

Los antiguos fueron sabios poniendo nombres a pueblos y ciudades, de este modo la palabra Burgos hace referencia histórica a un conjunto de burgos que se unieron para formar un Burgo mayor, y así son hoy la ciudad y la provincia, un conjunto de burgos que conservan los nombres que les fueron dados en la Edad Media por unos hombres que sabían lo que decían. A través de los nombres de los pueblos podemos llegar a descubrir, además de las esencias de cada lugar, aún vigentes, las primeras conjugaciones castellanas.


En el norte de la provincia, los pueblos que conformaron el viejo condado de Castilla perpetúan una nomenclatura que nos da idea de la fineza poética con que los primeros castellanos señalaron los lugares comunes. Y todavía hoy, los nombres que tienen pueblos y ciudades expresan sus adjetivos mejor que cualquier otra explicación. De este modo, Medina de Pomar, La Ciudad de los Manzanos, desde hace siglos el núcleo más pujante de “Las Merindades”, es todavía una potente conjunción de comercio y huerta. Su nombre compuesto, es una mixtura de árabe y castellano. Ayer fueron frutales y manzanos los que abundaron junto a la medina comercial de los tiempos calmados, hoy el producto estrella de la huerta medinesa es la lechuga de Medina, que empuja para abrirse paso en los mercados transnacionales. Ya porque en el medievo, en tiempos de los Condestables de Castilla Medina fue amalgama de culturas y aduana de mar. Hoy es una gran superficie comercial y una ciudad mercado.


Otra capital del norte, Villarcayo, aunque es un pueblo del renacimiento, también conserva un nombre significativo, porque Villarcayo es la Villa Acaica, que se configuró en torno a una fuente memoral, símbolo de la nueva ciudad, que está enfrente del edificio que acoge el juzgado de Villarcayo donde se dicta la justicia de primera instancia de la comarca, como en el pasado los bisjueces Laín Cavo y Nuño Rasura impartieron / emanaron la primera justicia castellana junto a la fuente Onzapata en el cercano Bisjueces, cuyo pórtico de la iglesia es un tribunal. El destino de la historia mantiene este tipo de guiños jugosos. El Villarcayo del renacimiento es hoy el corazón industrial de la comarca.


La esencia y la trascendencia de los pueblos se descubren descifrando sus nombres. En el norte de la provincia hay villa arcaicas, y villas sanas y salvas como la capital de Mena Villasana de Mena, sana y salva por las montañas que abrazan el valle, los montes de Ordunte y de la Peña, que forman una protectora castilla natural, y por saludable. Según la tradición oral, en Taranco de Mena (tranco, talanquera, barrera), los primeros repobladores de Castilla el Abad Vitulo y sus galisanes emplearon la palabra Castelle para referirse al territorio inmediato del Area Patriniani romana. Castilla fue después el condado emancipador de los años de la reconquista que cuentan los cronicones. Y el Valle de Mena es desde entonces tranco y barrera de Castilla y León.


A los pies de “Las Merindades”, haciendo pie en La Bureba, como un pedestal, está Oña, que en vascuence (habla también presente en la modulación del castellano), podría significar pie / base / principio, y en cuyo Monasterio de San Salvador, influyente centro de clerecía, teología y filosofía, están enterrados los primeros reyes de Castilla y el Rey de Navarra Sancho el Mayor. Hoy los edificios de Oña albergan el cementerio, la iglesia, el claustro y un hospital geriátrico. Con su famoso Cronicón, Oña es todavía en el presente un pueblo fiel a los principios de la salud espiritual y orgánica.


El castellano se vocalizó con múltiples atribuciones y en la actualidad sigue asimilando influencias para dar nombre a objetos, lugares y prácticas. Los pueblos son como se llaman porque en su nombre está su razón de ser. Puente Dey, Sotoscueva, Losa, Tobalina, son algo más que nombres puestos por capricho. Son las imágenes exactas de esos lugares, el puente de Dios labrado por el río en la montaña, los sotos y las cuevas de Sotoscueva, la Lousa que hay debajo del suelo de Losa y la piedra toba que abunda en la región de Tobalina continúan siendo los determinantes de esos lugares. Los patronímicos de los más viejos burgos son además el resultado de las primeras conjugaciones de la lengua.


Nombres de primer castellano, en el norte de la provincia son Cillaperlata, la Cella per latum, celda alejada, distante, escondida; Trespaderne, tras, bajo el influjo del padre, (tras el río padre Ebro); donde está el castillo de Tedeja, la tutela de tetelia, una fortaleza legendaria que está brotando de la tierra de un pico reinante; Quincoces (cinco hoces), Hozina, Ahedo (ayedo), Ailanes (ayales), Quecedo, Bercedo, Robredo, Quisicedo, Fresnedo, Bortedo, Montejo, Angosto, Crucero, Lastras, Herbosa, Pedrosa, Espinosa (de los Monteros. Los Monteros de Espinosa acuñan para Castilla el ideal de la lealtad), Ranedo, Cereceda, Tartalés, Gabanes (cabañas), Lozares, Barruso, Bárcenas, Tubilleja, Parayuelo, La Prada, Promediano, Mijaraluenga, Butrera, , Agüera, Entrambasaguas, Extramiana,, Son nombres iniciales, la mayoría fáciles de interpretar.


Valdenoceda, pueblo del Valle de Valdivielso, es el valle nogalera o de los nogales; Valpuesta, enclavado en Valdegobía, es el valle posita o composita (compostela), el valle de las cenizas, donde hay enterramientos de lo primeros tiempos cristianos y una colegiata posterior en la que se escribía en castellano en el año 800. Ahora es como una ironía del destino que Castilla y León apenas reivindique su presencia en los orígenes de la formación del castellano que lleva camino de convertirse en el segundo idioma más hablado del mundo, como hacen los gobiernos de La Rioja y Cantabria tan a menudo. Valpuesta es un valle ceniza.


Como ocurre por toda Castilla, la fundación cristiana de los pueblos consagró a muchos para toda la vida a santos y santas: San Cristóbal de Almendres, Santa Olaya, Santelices, etc. Y otros tantos lugares son quintanas, por la quinta parte de la cosecha que se pagaba por el alquiler de terrenos en los tiempos romanos. Y en el valle de Tobalina se conservan además cinco quintanas, Q. Martín Galídez, Q. María, Q. Entrepeñas, Q. Seca y Q. Lobos. No es extraño que tantas personas castellanas se apelliden Quintana o Quintanilla, porque los nombres parroquiales también dieron apellido a sus habitantes.


En Nofuentes, capital de la Merindad de Cuesta Urria, tal vez no encontremos las nueve fuentes de su nombre, pero corre la leyenda de que donde hoy está el monasterio de las monjas Clarisas Nuestra Señora de Rivas, una clarividente mujer de Villapanillo cavó y encontró enterradas nueve vírgenes que fueron repartidas y dieron nombre a iglesias de la zona como la de la Virgen de las Quintanillas, que hoy son fuentes de fieles, al menos una vez al año, el día que se celebra la fiesta de la patrona.


Las palabras que nombran los lugares que habitamos continúan siendo exactas, porque el idioma ya incipiente del castellano era puro y nombraba con toda la confianza. La verdad de los pueblos está en sus nombres, que conservan los principios de la lengua castellana, una forma de nombrar, describir, asignar, que sigue engrandeciéndose a través de los siglos. Las palabras auténticas nunca mienten; a juzgar por el nomenclátor de los pueblos burgaleses los antiguos las eligieron para decir verdad.


Fuente: Diario de Burgos