Infraestructuras. La futura autopista contará con seis kilómetros de viaductos y otros 6,5 de túneles
I. Elices / Burgos
Hace un mes que el Ministerio de Fomento aprobó el estudio informativo de la Autopista Dos Mares, que unirá la A-67 (autovía Cantabria-Meseta) con la AP-1, en Miranda de Ebro. En estos días los ayuntamientos de los municipios afectados -sobre todo de las Merindades- están analizando los trayectos propuestos y trabajando a destajo para presentar alegaciones. El corredor por el que discurre la infraestructura presenta numerosas zonas sensibles y de protección ecológica y ha de salvar desniveles de gran magnitud debido a que atraviesa, entre otras dificultades montañosas, la sierra de Tesla o los montes Obarenes. Hasta 21 viaductos están proyectados en los 111 kilómetros que tendrá esta vía de alta capacidad. En total, más de seis kilómetros de trayecto se completarán sobre puentes elevados. También están previstos dos túneles, que en total suman seis kilómetros. El Ministerio prevé que en 2014 circulen 10.150 vehículos diarios. En el horizonte de 2044, más de 20.000.
El Gobierno ha dividido la infraestructura en tres tramos. El primero, entre la Autovía A-67 (en Cantabria) y Cabañas de Virtus (ya en Burgos). Existen dos alternativas principales. Aunque Fomento se decanta ya por la que parte al norte de Pesquera (A2). Ésta cruza el valle de Luena y la línea férrea Madrid-Santander y la N-611 y alcanza el valle de Aguayo a través de un túnel de 1.140 metros. La otra alternativa (A1) partiría desde Reinosa, más al sur, y ya en la provincia de Burgos «pasaría rozando» la Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del embalse del Ebro. Por ello, el estudio prevé una variante en este tramo y es por la que se decanta. Es la denominada alternativa A1.1. Evitaría la afección de esos espacios protegidos. Partiría al norte de la población de Corconte y cruzaría sobre la N-623 y el arroyo de las Praderas por un viaducto de 540 metros. Después bordea por el norte y el este Cabañas de Virtus, donde está diseñado un enlace de la autopista con las carreteras N-232 y N-623. Luego toma dirección sur para alcanzar ya el segundo tramo que establece Fomento: Cabañas de Virtus- Trespaderne.
Este tramo B dispone de una alternativa principal (B1) y cuatro variantes. Tiene su origen en Quintanaentello - y su trazado sigue la carretera N-232, situándose al norte de ésta durante 15 kilómetros para luego cruzar esta carretera y dejar al sur Soncillo y Cubillos el Rojo. En este trayecto Fomento fija la primera variante (B.1.1), que es la que propone como la mejor. En lugar de bordear por el norte varias dificultades montañosas situadas a lo largo de siete kilómetros lo haría por el sur.
La B1 continúa hacia el sur pasando al norte de Incinillas y al sur de Bisjueces. Tres viaductos salvan en este tramo el barranco de Valdelar y la CL-629. Lo que ocurre es que Fomento propone aquí tres itinerios diferentes, para evitar atravesar la Sierra de la Tesla-Valdivielso (con declaraciones ZEPA y LIC). El B1.2 no lograría plenamente este objetivo. Por ello el estudio informativo se decanta por una combinación entre el B1.4 y el B1.3, que sí lo consiguen. La primera variante evitaría la construcción de un viaducto de 1.280 metros que sí contempla la opción B1 y además pasaría al norte del vertedero de residuos de Villarcayo. Y con la segunda (B1.3), a la altura de Bisjueces, está proyectado el enlace de la autopista con la CL-629.
La propuesta del Ministerio retomaría la alternativa B1 durante otros 20 kilómetros siguiendo el valle del río Nela, que cruzaría con un viaducto de 700 metros. Después bordea la población de Nofuentes cruzando la N-629, siguiendo el itinerario hastra Trespaderne. Aquí la autopista enlazará con la N-629.
En este punto empezaría el último tramo que establece Fomento: Trespaderne-AP1. La alternativa C1 se desarrolla al norte del Ebro y de las localidades de Quintana María, Santocildes y Quintana Martín Galíndez. A la altura de esta última población Fomento define dos variantes, aunque su propuesta respeta el trazado C1, porque según Fomento es la que menos afectaría a las ZEPA y LIC de los Montes Obarenes. La alternativa C1.1 se inicia al norte de Quintana María, pasa entre esta localidad y Santolices, para cruzar el río Ebro al norte de Montejo, siguiendo el trazado de la carretera local que une este municipio con Cuezva. Luego vuelve a la opción C1 al sur de Santa María de Garoña. Esta opción evita bordear el meandro del Ebro en Quintana Martín Galindez. La variante C1.2, bordearía Quintana Martín Galindez por el sur.
Después el itinerario se situaría al sur de las poblaciones de Garoña y Santa María de Garoña, para cruzar los obarenes con un túnel de 5,5 kilómetros. Tras salir del túnel el trayecto se desarrolla por el sur Ayuelas y sigue en dirección sudeste hasta la AP-1, según la alternativa C1.3, por la que se decanta Fomento. La otra opción es llevar la autopista por el norte de Ayuelas y conectar con la AP-1 más cerca de Miranda.
Peajes
El trayecto dispondrá de cinco áreas de peaje, dos troncales -una próxima a Cabañas (en Cantabria) y otro en Quintana Martín Galíndez-, y tres en los ramales de los tres enlaces -en Cabañas, en Bisjueces y entre Nofuentes y Trespaderne.
Contará la infraestructura con dos áreas de servicio, en las proximidades de Quintana y de Urría, y dos de descanso, en Cubillos del Rojo y Palazuelos de Cuesta Urría. La obra, según las primeras previsiones costará 640 millones de euros.
En Cuesta Urria, Villarcayo y Trespaderne, municipios con salidas a la vía, piensan que la comarca tomará impulso • En Tobalina, sin embargo, pesan otros factores
Estíbaliz López / Merindades
Para unos supone un importante avance en materia de infraestructuras y comunicaciones. Otros, sin embargo, consideran que el daño medioambiental y el que producirá, aseguran, en diversos factores sociales no compensa. La autopista Dos Mares es un proyecto en boca de todos pero, a la vista está, con opiniones para todos los gustos.
Valle de Valdebezana, Manzanedo, Villarcayo, Cuesta Urria, Trespaderne y Tobalina. Son los municipios de Las Merindades por los que discurrirá el vial. Sus alcaldes ya han hecho un balance y se han pronunciado al respecto.
Mercedes Alzola, alcaldesa de Villarcayo, se muestra entusiasmada. «Estamos muy contentos y no tenemos intención de presentar ninguna alegación, aunque todavía tenemos que hablar con Villalaín y Bisjueces», afirma.
El municipio contará con una salida a pocos metros del polígono industrial, hecho que, para Alzola, supondrá un «importante impulso para el desarrollo industrial y de la comarca en general». La alcaldesa, además, confía en que también signifique un importante avance en materia de servicios sanitarios. «Se reducirá a la mitad el tiempo que necesitemos para ir al hospital de Miranda, por ejemplo, además de que aumentará la seguridad del viaje».
En contraposición se encuentra el Ayuntamiento tobalinés, que ayer mismo celebró un pleno en el que se aprobó oponerse «a su ejecución en la forma en que está proyectada».
Entre los fundamentos para ello, destacan el negativo impacto ambiental, ya que consideran que alterará la forma de vida, agrícola en su mayoría, «sin olvidar el perjuicio del turismo rural». Además, en el Consistorio, con Rafael González al frente, se lamentan de que «partirá el término en 2 y la autopista debería unir a las poblaciones, no aislarlas».
Las salidas más cercanas para los tobalineses serían Nofuentes o Trespaderne. El alcalde de Cuesta Urria, Alfredo Beltrán, es consciente de que «va a haber gente a la que le va a molestar, pero en la balanza pesa más el número de los que beneficiarán», declara.
Beltrán siente a su zona como «privilegiada dentro del trazado porque tendremos el área de servicio en Urria y la salida a dos kilómetros de Nofuentes. La autopista facilitará que se establezcan nuevas personas en la comarca».
No obstante, asume que «se hará daño a la agricultura. Es ahí donde los propios alcaldes nos tenemos que poner las pilas para encargarnos de reparcelar las fincas que queden divididas sin costes para los campesinos», señala. También sugiere, por otro lado, que los vehículos de Emergencia «tengan acceso gratuito a la vía para agilizar sus servicios».
El Ayuntamiento de Trespaderne, por su parte, considera que las mejoras en las comunicaciones «siempre son necesarias, aunque bien es cierto que hubiéramos preferido que se realizara una autovía porque crea más riqueza». En cualquier caso, el teniente de alcalde, Abel Fernández, señala que «el hecho de que la salida esté ubicada junto al polígono va a crear un importante impulso para que las empresas decidan establecerse aquí».
En los casos de los Valles de Manzanedo y Valdebezana aún están estudiando el proyecto. La alcaldesa de este último, Patricia Toribio, ha manifestado que «de las dos opciones posibles cada una beneficia y perjudica a personas distintas». En cualquier caso, «los más afectados resultan los ganaderos, con quienes nos estamos reuniendo para que nos comuniquen sus pareceres». De todas formas, Toribio asegura que «sinceramente, en el Valle beneficiaría más realizar obras en otras carreteras».
Su homónima de Manzanedo, Carmen Sáiz, ha declarado que se encuentran «a la espera del estudio de impacto ambiental. Aquí el trazado interfiere poco; en principio creemos que vendrá bien, pero no queremos que sea a cualquier precio».
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